viernes, 2 de agosto de 2013

Algo Sobre Santidad

Una de las cosas que escuchamos cotidianamente en nuestras congregaciones es la palabra "santo" "santidad" y sus derivados. Cuando escuchamos todo esto creemos que hablamos de algo fuera de nuestro alcance, algo que por más que nos esforcemos no lo vamos a conseguir, pues aunque nuestro objetivo es parecernos cada vez más a Jesús, creemos que la santidad es lo más difícil de conseguir, por lo que el buscar ser santos nos deja de preocupar o bien nos ocupa demasiado cayendo en un afán que no nos corresponde tener.

Analizando bien el concepto de santidad, he podido notar que ser santo es posible y de una manera muy sencilla, el problema siempre ha estado en el significado que nuestra sociedad le a dado al adjetivo de santo. Nos han hecho creer que es algo inalcanzable y que solo la gente religiosa puede acercarse a serlo. Pero en realidad, leyendo la escritura y conceptos en diferentes diccionarios, he llegado a comprender que la santidad se obtiene por cuestiones muy prácticas, si, la santidad la vamos a obtener realizando algunas acciones y no dejando de hacer como nos dicen.

Según la biblia, santo es aquel ser apartado para servir y realizar la voluntad de Dios, cosa a lo cual fuimos llamados todos al reconocer a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Sí ponemos atención a lo que la escritura dice, podemos notar que en ninguna parte se le parece al concepto de santo que comúnmente se nos enseña. En algunos diccionarios como la RAE nos dice que santo es aquella persona con virtudes dignas de admiración. Así como Jesús, es digno de admiración, por eso es que se le llama santo.

Pero claro, Jesús es el hijo de Dios, por eso es que es digno de ser admirado, pero yo ¿Qué?.

Tu y yo hemos sido llamados a vivir en santidad, es decir a ser apartados para Dios, servirle y hacer su voluntad, eso nos llevará ante las personas a ser admirados, esto no con el propósito de alzarnos a nosotros mismos, sino que puedan ver en nosotros el reflejo de Jesús, que las personas puedan ver que quien vive en nuestro corazón es el hijo de Dios, Jesús, el que murió y resucitó solo por el amor que nos tuvo.

Muy bien, entiendo que he sido llamado para ser santo, pero ¿Cómo lo consigo? 

Para no hacerte muy largo el cuento la santidad se va obtener realizando dos cosas, fundamentales para una vida plena en Cristo. La primera es la ORACIÓN y la segunda es la PALABRA.

Para vivir una vida en santidad es necesaria la oración, necesitamos estar en comunión con el Padre, conocer su corazón y por consecuencia su voluntad. No hay santidad sin comunión. Si a ti, como a mi, eres de los que te cuesta tomar un tiempo y ponerte a orar, déjame decirte que necesitamos generar un hábito, de modo que conforme pasa el tiempo sea algo natural y espontaneo, y no algo inconstante en nuestra vida, algo que solo hacemos cuando nos sentimos culpable o cuando tenemos un problema que no nos deja en paz. La oración es la clave para conocer el corazón del Padre y nos lleva a una vida en comunión y por consecuencia la santidad.

Otra de las cosas necesarias para llevar una vida en santidad es el conocimiento de la palabra. Tenemos tan poca cultura de lectura que nos cuesta mucho trabajo, pero te ánimo a que comiences poco a poco hasta que generes un hábito  que te permita enamorarte de la palabra que Dios nos ha dado a través de muchos hombres. La biblia es para nosotros el mejor manual de vida, si podemos vivir conforme a ella, nuestra vida será muy distinta  a lo que ahora es. 

Realizando estás dos acciones (oración y palabra), vamos a notar como muchas de las malas costumbres y hábitos que estaban arraigados en nosotros van desapareciendo, nos vamos a ir pareciendo cada vez más a Jesús y podemos acudir al llamado de ser santos.

Para ser santo solo basta que así lo quieras, no hay impedimentos, busca la santidad, honra a Dios y sal al mundo a reflejar el amor de Dios y a compartir de sus maravillas.

1 Pedro 1:14-16

Nueva Versión Internacional (NVI)
14 Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en la ignorancia. 15 Más bien, sean ustedes *santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; 16 pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo.»



Escrito por: Alex Arredondo